Cuando estudiamos otro idioma, una de las cosas que más nos cuesta aprender es a pronunciar de forma correcta. Esto es debido, fundamentalmente, a que la entonación entre un idioma y otro son diferentes. Además, casi siempre, solemos centrarnos en el estudio de la gramática y el vocabulario. Y dejamos a un lado la pronunciación y la entonación.
Sabemos que lo fundamental cuando hablamos en otro idioma es que nos entiendan, y por su puesto entender. No es tan importante que nuestro acento sea perfecto, puesto que esto dependerá del país, región, etc. en la que te encuentres. Pero si lo será el tono y la pronunciación de cada una de las palabras y frases con las que queramos expresarnos, ya que podría llevarnos a errores en la comprensión, si esta no es correcta.
Para que la comunicación sea efectiva, deberemos cuidar y tener en cuenta la pronunciación.
Adquirir una buena pronunciación permitirá que te sientas a gusto hablando en inglés, o en cualquier otro idioma, ya que nos da confianza para desenvolvernos en diferentes situaciones o entornos.
¿Cómo podemos aprender a pronunciar correctamente?
No hay un método mágico, la clave está en practicar todo lo que puedas. Para ello debes escuchar conversaciones, películas, música, podcast, etc. Repetir en voz alta una y otra vez, escucharte, y repetir las veces que sean necesarias, hasta mejorar.
En ocasiones cuando estamos aprendiendo un nuevo idioma, tendemos a confundir pronunciación con el “acento”. Es muy habitual escuchar entre los alumnos frases como, quiero aprender con un nativo para tener un acento perfecto. Y yo pregunto, ¿nativo de dónde? No es lo mismo aprender tu lengua nativa, por ejemplo, el castellano, en Madrid, Barcelona, Galicia, Sevilla o Cádiz, ¿verdad? Pues lo mismo sucede con otras lenguas, no es lo mismo aprender un inglés, británico, donde tienen hasta 5 acentos distintos en función de la zona en la que vivan, un inglés de Irlanda, inglés americano ¿de qué estado?, inglés australiano, imagínate en un continente entero. Me entiendes ¿verdad? Por lo tanto, lo importante no es el acento, sino que tu pronunciación sea perfecta para que puedas comunicarte sin errores en cualquier entorno.