La infancia es uno de los mejores momentos para aprender un idioma. Con menos inhibiciones los niños absorben mejor los matices de un idioma extranjero.
Los niños deben aprender un idioma de una forma natural y divertida. En las clases los niños van adquiriendo las habilidades de forma entretenida con contenidos adaptados a cada etapa cognitiva para ir superando, no solo los cursos escolares, sino también los exámenes extracurriculares a los que se van presentando a lo largo de su etapa escolar (Triniy, Cambridge).